En los recuerdos de mi época de futbolista benjamín, alevín, infantil, siempre aparecen mis compañeros de equipo, mis entrenadores, las tácticas en la pizarra, y una teoría extraña en la cual, el jugador que no tenía clara su posición era ubicado en la posición de lateral. Era la posición del campo más infravalorada. 20 años más tarde, la evolución del futbol nos ha puesto la posición de lateral como una de las más importantes de los equipos, y en la cual se necesita un perfil muy específico de jugador, con unas cualidades técnicas, tácticas y físicas muy elevadas. Sin ir muy lejos, el FC Barcelona le está haciendo una campaña de marketing a la posición de lateral porque está buscando en el mercado algún jugador que reúna las características requeridas para suplir a Daniel Alves. El lateral (tanto el derecho como el izquierdo) en el futbol de hoy día, es el único jugador de campo que tiene la obligación de llegar a las dos líneas de fondo, a la propia para defender y a la contraria para atacar. Un lateral tiene que saber defender como un central, moverse tácticamente como un mediocentro y centrar como un extremo. Como toda causa, tiene un efecto colateral, la incorporación de los laterales en ataque han provocado la aparición de los extremos por los espacios interiores, creando superioridades en el juego ofensivo, hecho por el cual los extremos puros han perdido protagonismo. Ahora pueden participar jugadores más versátiles por banda, y esto permite a los equipos enriquecer su juego de ataque. Para muestra de la evolución de la posición de lateral, los últimos campeones de la Champions League (competición más importante a nivel de clubs), tenían en sus onces iniciales a Dani Carvajal, Marcelo Vieira, Daniel Alves y Jordi Alba como laterales, y como unas de sus piezas más importantes. En el futbol de formación cada vez más se están fabricando laterales con estas características, esto demuestra el buen trabajo que se realiza desde la base, adaptando el trabajo de formación a la evolución del fútbol.